POLOS OPUESTOS

 En la pobreza de una mente con carencias se reconoce una sintomatología extremista. Ideas de dolor y rabia se acumulan impenitentes en la búsqueda de un objetivo indiscutible, donde el diálogo se anula entre promesas de superioridad innegociables. 

No es óbice, ni siquiera recomendable, encomendarse a una perpetuidad ideológica, puesto que siempre habrá opciones aprovechables en la diversidad planteada. 

Seres que celebran la defunción de alguien cuyas elecciones son su némesis ideológica, deberían replantear en su yo o “super yo” (apelando a Freud), el derecho de libertad democrática. Nos guste o no. Sea la cruz más estigmatizante o la plena concordancia. 

Todos hemos sido seres concebidos bajo el aura, o al menos intención, de la inocencia más pura. Por ello, es innegociable la similitud de derechos y deberes, aunque muchos de los adquiridos nos parezcan una bendición o aberración en un futuro próximo. 

Es pólvora mortal aquella que, celebrada entre vítores cual quema de bruja en aquelarre durante la inquisición, incite al pueblo a una búsqueda colectiva de supremacismo ideológico y por ende autoritario; para alienar al ganado guiándoles con promesas inalcanzables…sin remedio, al matadero.