BALAS CONTRA LETRAS

 Cargadores que arrebatan vidas en décimas de segundo, dejan en su estela el olor a pólvora y sangre que salpica ahora cada uno de los rincones del campo de batalla. 

Entre el llanto y crujir de dientes de aquellos agraciados en la lotería de la supervivencia, (al menos durante este día), familias rotas claman justicia para intentar seguir adelante en el tortuoso camino de superación que les acompañará de por vida. 

Las mismas balas que arrebataron a sus seres queridos, son financiadas por gobiernos electos donde supuestamente los derechos humanos son inviolables y prioritarios. 

Mensajes de democracia de postín copan el “prime time” en radios y televisiones mientras los fuegos no artificiales siegan sin piedad sus vidas. 

Voces que nunca podrán emitir sonidos, resuenan con su eco en las mentes de aquellos que un día buscaron un atisbo de paz entre los resquicios de ideologías impermeables. 

A día de hoy, la multiplicidad de conflictos parece seguir exigiendo ingente cantidad de munición y por ende dinero, más y más dinero, en detrimento de la educación. 

 

Aquella que podría ser la única baza de todo y de todos. La única cura suprema que pudiera alcanzar mínimos de entendimiento, donde cada jugada (si el respeto es mutuo), es una escalera de color al As de triunfo asegurado. 

Balas contra letras, elección de mentes obtusas basadas en amiguismos o intereses de terceros. Un órdago erróneo para vivir con dignidad sin remordimientos, más certero y buscado si hablamos de quedar bien y de dinero….sobre todo dinero.