LAS UVAS DE LA VIDA

 Desgranando el racimo de la vida, siempre hay frutos más dulces que otros. Uvas que amargan momentos son calmadas por la siguiente, llena de dulzor y frescura, incitando a consumir otra más, sin saber el gusto que tendrá. 

Gotas que se derraman por el gaznate invitan a celebrar una fiesta de sabores aleatorios, donde acidez y deleite se mezclan en el convite, donde las ganas de terminarse el plato depende de aquel que lo deguste.

Nunca hay racimos perfectos en la viña de la vida, solamente hay sarmientos capeando el temporal cada año; guardando en su regazo, si son cuidados con mimo, frutos tiernos y gustosos, frutos que no son dañinos.

Siempre habrá temporales que arrasen viñas y viñedos, caballos de Troya escondidos, que arrasen campos enteros. Y dejando secos a pasas que antes fueron guerreros, entendieron que en la vida si no cuidas los sarmientos, el único fruto que obtengas sea solo un campo yermo.