ANIMALES

 No sabemos qué sueñan ni lo que pueden sentir en cada instante. La creencia popular invita a pensar que siguen instintos distintos a los del ser humano para preservar su supervivencia. 

Especies animales que en su totalidad dignifican un poco más éste planeta, tratan de convivir con nosotros: los seres que teóricamente dominamos el arte de la racionalidad, en la práctica irracionalizamos el “todo”, bajo la bandera del egoísmo y el capital. 

Esclavos de nuestras acciones, sumisos de obediencia ciega: duermen, caminan, nadan, corren, saltan, vuelan, reptan, cantan…viven siguiendo sus propias reglas, con su propio idioma, con miedo a que cualquier humano, creyéndose el mismísimo Zeus, le despoje de su tierra. 

Habitantes cuyos ojos han visto este planeta muchos más años que nosotros, contemplan atónitos masacres, injusticias, nuevas guerras, justificadas por entes de una raza inteligente, donde en verdad la inteligencia de su cerebro es inerte. 

Aquellos que tienen fortuna y son protegidos por alguien, con cabeza y corazón puros, que entienden su alma y mente, sin hablar su mismo idioma, entendiendo ojos pacientes, cuidan a quien les quieren y quieren que en algún momento, del amo aprenda el combatiente. 

Y que aquel día el que cree ser Zeus, deje de lanzar rayos, y caigan flores silvestres.