MAESTROS

 Cuántas lunas puede contar un maestro y estrellas que la acompañan, pasando mil noches en vela, pensando maneras, caminos; estrategias del destino, para sanar corazones y mentes, preservando el contenido. 

Artífice de mentes divergentes, que en silencio gritan ser escuchados, donde lo más importante no es ahora mismo un temario, sino reconducir su vida, lanzando un órdago a su suerte y con suerte recibir abrazos.

Figuras de todo y de nada, peones de ajedrez o reyes juegan partidas cada día, consiguiendo a veces victorias, otras tantas la derrota, pero tras volver a la caja, con olor a guerra perdida, descansan solo unas horas y asoman con alegría. 

Maestros que solo pretenden ser una estrella polar: enseñan, guían, cuentan, sueñan…con ver a sus fichas jugar; aguantando mil reveses, celebrando sus aciertos, aprendiendo sus errores, creando ‘jaques inciertos’, con certeza de triunfar. 

Vencer al menos batallas que la vida les ofrece, es vencer las inquietudes que no cesan y revuelven, es crear hoja caduca y acabar con lo perenne.